domingo, 2 de mayo de 2010

A propósito de la empatía II


Ya habíamos establecido que para aliviar el sufrimiento del mundo y el tuyo propio había que entender la causa del sufrimiento. Por suerte quedó bastante texto sin citar de "Jesús y la compasión", y casualmente a Jesús se le ocurrió hablarnos sobre eso en los siguientes párrafos:

Entonces, cuál es la fuente de tu sufrimiento? Siempre, siempre, siempre la fuente de tu sufrimiento es tu creencia de que estás solo. Y si estás solo, entonces ¿puedes estar a salvo en un mundo de seres que están separados de ti, con voluntades separadas, cualquiera de los cuales podría elegir destruirte en un momento? Y la respuesta es, por supuesto que no. Siempre, siempre, siempre, todo sufrimiento surge de la creencia de que estás solo y el miedo de que debas permanecer así.Y aun te he dicho - tu única función es aceptar la Expiación para ti mismo. ¿Qué significa eso? Cuando digo acepta la Expiación para ti mismo, simplemente quiero enfatizar lo que dije antes en esta conversación - que no es función tuya, ni de el Espíritu Santo, ni de Dios, saber como otro debe ejercer su libertad, como otro ser debe vivir. Y no te corresponde a ti, nunca, imponer sobre la conciencia de otro, tu comprensión de como él debe vivir, y así incrementar su miedo. Tu meta es mirar dentro de ti.
Entonces la única razón por la cual sufro y veo maldad en el mundo es porque creo que hay voluntades distintas a la mía. Una de las voluntades más temibles no es la del que me quiere matar el día de mañana, ni el que quiere secuestrar a mis seres queridos, esas sin duda pueden ser temibles, pero una realmente temible es la voluntad de Dios.

Porque si Dios está separado de mí (y todo en este mundo parece darme la razón), entonces no ha hecho nada por solucionarlo, lo cual significa que él se divierte viéndome sufrir. O algo peor, que he hecho algo que merece su castigo y por lo cual no puedo volver nunca a su lado. Eso es verdaderamente temible. Para eso fue diseñada la separación, para hacerte sentir miedo, y es la separación lo que tu ego desea mantener con vida.

¿Cuál crees tú que es la cura para la separación? Pues evidentemete la unión. ¿Pero cómo me uno a mi hermano? ¿Cómo me uno a Dios? ¿Cómo puedo unirme a eso que me da tanto miedo? ¿Cómo es posible que pueda unirme a esa persona que tanto detesto? ¿Cómo puede ser uno con alguien que sufre si no es eso lo que quiero? Jesús lo expresa de esta manera:

Ah... pero, ¿qué es lo que ves cuando miras adentro y aceptas la Expiación? Lo que ves es un mundo que no está separado, en ningún sentido, de ti. Así, cuando aceptas la Expiación para ti mismo, miras a tu mundo y ves todo como uno - de Dios para mí, para el Espíritu Santo, para cada hermano, para tu propia vida, para cada circunstancia y sí, también para el sufrimiento que parece existir en el mundo. Todo ello es parte de lo que tú eres.Así, cuando aceptas la Expiación, aceptas a tu hermano como uno contigo. Y no hay aislamiento. No hay separación, cuando aceptas la Expiación. Así, cuando aceptas la Expiación para ti mismo, no significa, el retraerte ni apartarte ante el sufrimiento de tu hermano.Entonces, ¿cómo enfocas el sufrimiento que ves en tu mundo?. ¿Cómo enfocas, entonces, tu deseo profundo de aliviarlo? Escúchame bien. Cuando ves sufrimiento en tu mundo y cuando tienes dolor por ello, estás viendo tu propio miedo de estar solo. Yo fui capaz de ver el sufrimiento en mi mundo, y hubo mucho - pero nunca proyecté sobre mi mundo mi miedo de estar solo. Porque yo no estaba separado de mi Padre. Y en todo momento de mi existencia yo sabía eso, total y completamente.
Es interesante ver que Jesús expresa que vio mucho sufrimiento en su mundo, pero que a pesar de que veía esto él no estaba proyectando su miedo de estar solo, lo que es lo mismo, estaba unido a todos tanto en sus risas como en sus males. Como lo conversamos en la primera parte, la pregunta fundamental que debes hacerte ante una situación de sufrimimiento es ¿Qué siento yo con esto que está pasando? si la respuesta no es paz perfecta, entonces es porque estás proyectando tu miedo de estar solo en tu mundo, y no estás obrando como Jesús lo hizo en este mundo. ¿Cómo entonces hay que obrar? :

Entonces, ¿cuál era el mensaje, cuál era el mensaje que vine a traer, cuando estuve en esta tierra como Jesús? El mensaje que traje fué - no estás solo. No hay una Voluntad separada de la tuya. Y no hay ser con voluntad separada de la tuya, no hay ser que pudiera hacerte daño, - por lo tanto; estás completamente a salvo.Y ese es el mensaje de compasión. Yo fui capaz de extender verdadera compasión, porque pude experimentar mi unidad con todos mis hermanos, y no tuve necesidad de proyectar sobre sus experiencias mi propio miedo, y mi propio deseo de no estar solo. Y en mi presencia, mis hermanos supieron que no estaban solos - y la paz entró a sus vidas en la medida que fueron capaces de abrirse a ella. Algunos se abrieron totalmente y fueron curados completamente en un instante. Algunos no la oyeron en absoluto. Y algunos la oyeron en grado variable. Así es como debe ser un mundo de libertad y un mundo de amor, tal como Dios lo ha creado y diseñado.Así, ¿cómo percibes a tu mundo, cuando sientes el sufrimiento y las heridas adentro de ti porque lo ves? Lo que tú haces es intentar comprender la verdad de que todo regalo que das te es dado a ti mismo. Y mientras ves, y crees en el sufrimiento en tu mundo, estás pidiendo dentro de ti, descubrir la paz que viene de saber que no puedes estar solo.Y por lo tanto, ¿qué extenderías a tu hermano en su sufrimiento imaginario? Simplemente esto - el mensaje de que él no está solo. Eso es todo. La respuesta para el sufrimiento de cualquiera, de cualquier clase, en tu mundo, esta en la comprensión, en la conciencia de tu hermano y en la tuya propia, que no están ni pueden estar solos. No puedes estar solo en tu vivir. No puedes estar solo en tu morir. No puedes estar solo en ninguna circunstancia que pareciera caer sobre ti, aun cuando ello sea tu libertad en acción.
No estás solo, no eres un ser separado, y sobre todo no hay nada que pudiera alguna vez hacerte daño. Esa es tu verdadera realidad. Cuando percibes una situación de sufrimiento, simplemente estás escuchando el llamado de tu Ser a ver las cosas de otra manera, a descubrir la paz de saber que no puedes estar solo.

Pero no confundas causas con efecto, modificar tu conducta ante estas situaciones displacenteras no cambiará tu manera de ver las cosas. Por tener una actitud más positiva, o por tratar de ver el lado amable de las cosas no te estás ayudando en nada. Hay que ser sincero en primer lugar: "Sí, estoy viendo un problema que no me hace sentir en paz", y en segundo lugar hay que tener la humildad para preguntar "¿Qué debo hacer ahora?". Afortunadamente Jesús tiene la respuesta:

Mientras te extiendes hacia tu mundo y hacia tus hermanos, y les expresas que no están solos, ¿cómo lo harías? ¿Cómo sabrás qué hacer y qué decir? La respuesta es; tú no debes saber. La respuesta es; tú no puedes saber. Te he hablado acerca de tener una pizca de fe, y decir - Yo no sé. Porque cuando sientes dolor ante el sufrimiento de tu hermano, proyectas sobre él tus propias creencias, tus propios miedos acerca de la soledad. Entonces, ¿cómo tratarás el sufrimiento de tus hermanos? Tú entiendes que lo que deseas extenderle es la verdad, la comprensión, de que no está solo, que tú eres su hermano y que te importa. Y entonces, solo necesitas escuchar adentro, así sabrás, bajo la guía del Espíritu Santo, qué hacer y qué decir.No hay una respuesta uniforme que tengas ante el sufrimiento de tus hermanos. Porque todos ellos en su libertad, pueden estar en diferentes lugares en tu mundo de ilusión. Puedes terminar dando comida al hambriento en un caso, y ni una pizca en otro caso. Puedes terminar dando dinero en un caso. Puedes terminar dando una sonrisa en otro caso. Cada circunstancia es diferente. Y necesitas apartarte de la arrogancia que te dice lo que tu hermano necesita recibir. Más aún, en tu silencio, dejas que el Espíritu Santo te guíe en el camino, que le permitirá a tu hermano saber que no está solo. Eso es todo lo que puedes hacer para aliviar su sufrimiento. Y más aún, es todo lo que necesitas hacer.Y, ¿qué pasará mientras la visión de tu hermano cambia a la comprensión de que, de verdad, él no está solo? Acompañando a eso debe estar tú visión adentro, de que tú tampoco estás solo y no puedes estarlo. Y cuando comprendas, como yo hice, que no estás solo, que estás a salvo, que eres libre y que eres amado completamente, entonces eso es lo que extenderás bajo la guía del Espíritu Santo a todos tus hermanos. Y es así verdaderamente, como te conviertes en Salvador del Mundo.

¡Qué hermosas y reconfortantes esas palabras! Lo único que necesito ante cualquier situación es quedarme en silencio (de mi mente), y decir con toda sinceridad "Yo, no sé", y luego escuchar lo que tienes que hacer. Esa es la única receta, cada situación es diferente, puede que veas sanar a la persona o puede que la veas empeorar, es su libertad. Pero seguir la guía del Espíritu Santo es lo mejor que puedes hacer por él, y por ti mismo.
No proyectes tus problemas sobre tu hermano, apártate, depón tus armas y pregunta qué hacer en cada situación, tú no puedes saber qué hacer, pero Dios sí, confía en ello. No traigas luz a tus problemas sino que lleva tus problemas a la luz.

1 comentario:

darYrecibir dijo...

Celebro que el material del blog Nada Irreal Existe sea de utilidad!