martes, 29 de marzo de 2011

Comprendiendo Japón por Neale Donald Walsch



Nuestros corazones están hoy con toda la gente de Japón y con la gente de todo el mundo, en verdad, porque es todo el mundo el que ahora está observando la tenue evolución en Japón casi hora-por-hora, y que se ven afectados, tanto directa como indirectamente, por ello.

La situación en ese país devastado no ha ido mejorando. Más bien, casi parece que se hiciera peor momento tras momento. Rezamos para que las próximas 12 horas y el día que sigue traigan un respiro de las malas noticias que han estado fluyendo de esa isla nación casi sin parar desde el terremoto masivo de 8,9 que ocurrió el día viernes.

He estado reflexionando profundamente acerca de este evento geofísico de impacto mundial, tratando de entenderlo desde la perspectiva de Conversaciones con Dios. Me gustaría ofrecer mis observaciones aquí, no porque piense que son importantes de documentar ni porque valgan más que las de cualquier otra persona, sino porque –como después del 11 de Septiembre y Katrina, el tsunami de Indonesia y Haití, y otros eventos terribles– muchas personas me han preguntado: “¿Cómo encaja lo que está sucediendo ahora con el mensaje de Conversaciones con Dios?”

Con su venia, voy a ofrecer mi respuesta a esa pregunta en varias etapas durante los próximos días, debido a que (1) quiero ver qué acontecimientos adicionales se producen en las próximas horas, y (2) este blog terminaría siendo demasiado largo si pongo todos mis pensamientos presentes en un solo artículo enmarañado.

Me gustaría abrir mi comentario personal comentando el aspecto más importante de la calamidad de Japón: el alto número de muertes que sigue en aumento. Mientras veía aumentar los números desde los primeros informes en centenares, hasta los informes posteriores que rondaban los dos mil hasta los informes actuales que indican que 10.000 personas, como mínimo, han perdido la vida, mi mente se apresuró a considerar profundamente la información que se me dio hace varios años en el texto de Conversaciones con Dios acerca de la muerte y morir, EN CASA CON DIOS en Una Vida Que Nunca Termina.

En esta conversación, Dios me dijo que nadie muere nunca en un momento o de una manera que no sea de su elección. De hecho, si el mensaje de Conversaciones con Dios es correcto, nada sucede que vaya en contra de nuestra voluntad, ni puede suceder, teniendo en cuenta Quiénes y Qué Somos.

Quiénes y Qué somos, Conversaciones con Dios famosamente nos dice, es Dios. Nosotros somos, dice Conversaciones con Dios, la expresión individualizada y localizada de la Divinidad. Teniendo en cuenta esta verdad, todo lo que ocurre, ocurre para nuestro beneficio, ya que conduce a la evolución de la especie humana y la expresión cada vez mayor de la Vida Misma, en todas sus formas y lugares. Así como en el cosmos, donde sistemas estelares enteros colapsan en agujeros negros y donde los soles arden hasta extinguirse a sí mismos dejando a los planetas que giraban a su alrededor dispersándose en la oscuridad helada, así también la Vida proporciona el combustible para que la Vida Misma continúe. Nada ni nadie muere, sino que simplemente cambia de forma de vida.

Digo “simplemente” con una conciencia profunda y sensible del hecho de que el cambio de forma de vida de los seres humanos de lo físico a lo no-físico, lo experimentan como una tragedia quienes se quedan atrás. No hay mayor pérdida, en nuestra cultura, que la pérdida de la vida. Sin embargo, el que muere no lo experimenta como una pérdida en absoluto, ni como el final de la vida o la conciencia, sino más bien, como la transición a un nivel aún mayor de conciencia y experiencia. Así nos lo dice Conversaciones con Dios. Si esto es verdad, y yo creo que lo es, entonces no tenemos que llorar a quienes se han ido, porque ellos han pasado a un lugar de más alegría que la que conocieron jamás mientras estuvieron aquí en la tierra.

Sin embargo, si esto es así, una persona pensante debe preguntarse: ¿Para qué vivir entonces? ¿Por qué no poner fin a nuestra propia vida voluntariamente en este momento, y graduarnos a ese lugar más elevado y más dichoso?

Esa es una pregunta perfectamente razonable y perfectamente lógica. La respuesta es que la Vida se vive en lo físico (una y otra vez) por una razón; por un propósito que no se puede lograr en el reino no-físico, por dichoso que sea. Si pudiera hacer una analogía, es algo así como ir a trabajar. Es mucho más agradable y mucho más gozoso estar de vacaciones, pero no podemos lograr en las vacaciones lo que podemos lograr en el trabajo. Este es un ejemplo simplista, pero sirve, espero, para ilustrar la idea. La Vida Física tiene una razón de ser. Hay algo que estamos haciendo aquí que no podemos hacer en el reino puramente espiritual. Es por eso que a la larga todos regresamos —por lo general después de tomar un buen descanso, largo y feliz.

Sin embargo, sí es posible que la vida en el reino físico sea, nos dice Conversaciones con Dios, no menos dichosa que la vida en el reino espiritual. Y en las civilizaciones avanzadas, donde los seres sintientes saben Quiénes Son Realmente y expresan eso, lo es. Esto no está sucediendo en este momento en la tierra, pero la humanidad está avanzando hacia eso —todo como parte de su evolución.

Así pues, con respecto a aquellos cuyas vidas físicas terminaron a causa del terremoto y tsunami en Japón, lloramos con todos aquellos que han perdido seres queridos, ya que entendemos el profundo dolor de su pérdida. Sin embargo, nos regocijamos y agradecemos a un Dios que ha creado el proceso de la Vida Misma, de forma tal que nunca termine, ni que tampoco ninguna Alma ni Esencia cambie de forma de vida en contra de Su voluntad. Para decirlo en pocas palabras y en forma directa, todos los que murieron en los últimos días, murieron porque, a un nivel que no es el nivel consciente, ellos eligieron hacerlo.

Sé que eso es difícil de creer, y ciertamente no es algo que yo le diría a un familiar profundamente afligido en el momento que está experimentando su pérdida, a menos que pensara que eso podría ayudar a que la persona en duelo por lo menos supiera que no ocurrió nada que fuera en contra de la voluntad del Alma que partió.

Esto deja muchas otras preguntas sin respuesta. Muchas personas afligidas me dicen: “¿Quieres decir que mi esposa (esposo, madre, padre, hijo, etc.) en realidad eligió dejarme? ¿Qué me estás diciendo? ¿Qué me dice eso acerca de lo felices que eran conmigo?”

Yo creo que es muy importante no tratar de entender cuestiones como éstas a nivel de la Mente, sino tratar de pasar al nivel del Alma mientras contemplamos tales preguntas. Voy a continuar con esta exploración en mi próximo artículo aquí. Por ahora, unámonos una vez más (sé que lo han hecho muchas veces en estos últimos días) para enviar nuestra luz y amor y energía sanadora a todos aquellos que han sufrido angustia terrible y pérdidas en Japón, así como en Libia, Bahréin, y en cualquier otro lugar del mundo donde vidas físicas hayan terminado abruptamente, inesperadamente y trágicamente (para los sobrevivientes). Dios otorgue a esos sobrevivientes paz y liberación de su dolor.

Y que Dios los bendiga, a todos los que leen esto, mientras nos aventuramos juntos en nuestro propio viaje particular aún sin completar, que será explorado y explicado profundamente aquí en los próximos días.

Con amor, Neale.

sábado, 19 de marzo de 2011

El Perdón... la salida?

En estos intensos y decisivos momentos por los que está pasando nuestro mundo, donde un nuevo ser humano y una nueva tierra ascendida se están gestando dentro de un gran cambio energético que corresponde a una nueva era cósmica, existe una herramienta para hacer frente a toda la inmensidad de cambios y acontecimientos que van apareciendo en nuestra vidas tanto a nivel individual como colectivo: El Perdón.

Nos estamos enfrentando tanto en lo individual como en lo colectivo al deshacimiento de un viejo mundo basado en el ego, una vieja conciencia basada en la visión limitante del miedo y la separación que ha dominado la mente humana durante milenios. Esta vieja conciencia ha creado un mundo de falsedad, de opresión, de control, de explotación y de guerra basado primordialmente en la conciencia del temor que podemos ver reflejado en todo nuestro mundo. Este mundo es el que aparatosa y aceleradamente se derrumba ahora, haciendo emerger por todos los sitios y cada vez más de una forma más rápida, la oscuridad, todo lo que había permanecido oculto a los ojos de la luz, a los ojos de la conciencia.

Todo este afloramiento de cambios, sucesos y acontecimiento no es si no una gran limpieza.

La oscuridad no es más que el reflejo de una mente dormida. No es algo a lo que se haya que temer, sino la oportunidad de vernos a nosotros mismos para poder elegir de nuevo el amor y la luz.

El mundo que pasa ante nuestros ojos como tan real, no existe como tal. El mundo es una creación cuántica de la mente individual y colectiva, algo que las tradiciones espirituales como el yoga, el budismo, el chamanismo y cualquier otra vía espiritual no religiosa, no se han cansado nunca de repetir y de enseñar (véase el concepto de "maya" de la tradición vedanta). Algo que la ciencia comienza por fin a avalar sin paliativos. Nosotros somos los creadores. Y los "trabajadores de la luz", los trabajadores de la conciencia, hemos venido en este momento para ayudar a "ensoñar" un nuevo mundo, un nuevo mundo de luz y de amor y conforme este nuevo mundo, esta nueva tierra, se "ensueña" en más y más mentes sanadas del miedo y del dolor, esta nueva tierra, este nuevo mundo, se materializa, se precipita en la materia como un reflejo de esa nueva conciencia.

Así que es muy importante que ante el torbellino de acontecimientos que están ocurriendo y que aparecerán de forma inmediata en los meses venideros tanto en lo individual como en lo colectivo, sepamos posicionarnos con discernimiento para poder preservar nuestra paz y nuestro equilibrio y poder así seguir con nuestra maravillosa tarea de ensoñar ese nuevo mundo. Un nuevo mundo que empieza en nosotros mismos, una nueva dimensión, una nueva vibración, una nueva frecuencia que tenemos que comenzar creando cada uno de nosotros en nuestros espacios individuales, en nuestra vida particular. El viejo mundo comenzará sencillamente a desaparecer en la medida en que cada uno de nosotros sintonizamos el dial de nuestra percepción a la frecuencia de la luz de la nueva tierra. Es simplemente, como cuando uno sintoniza una emisora del dial de la radio, una cuestión de frecuencia. En que frecuencia estás, aparece uno u otro mundo. ¿Qué mundo elijes sintonizar? y allí tendrás toda tu experiencia de vida en la materia.

El mundo con su devenir de aparentes sucesos y cosas tiende a hacernos olvidar de todo esto introduciéndonos en la ilusión de la lucha, el dolor y el sufrimiento. Aquí volvemos a creer que el mundo es real y separado de nosotros y entramos en la lucha de la mente por los opuestos: lo que quiero y lo que no quiero. El miedo ahí es inevitable y la paz y el poder se esfuman en nosotros al habernos salido del espacio de la energía de la entrega del corazón.

"Perdona, y verás esto de otra forma", dice Un Curso de Milagros.

Y continúa: "Es cierto que no parece que todo pesar no sea más que una falta de perdón. No obstante, eso es lo que en cada caso se encuentra tras la forma"... "¿Cómo puedes saber cuándo estás viendo equivocadamente o cuándo no está alguien percibiendo la Lección que debería aprender? ¿Parece ser real el dolor en dicha percepción? Si lo parece, ten por seguro que no se ha aprendido la Lección, y que en la mente que ve el dolor a través de los ojos que ella misma dirige permanece oculta una falta de perdón".

Y algo fundamental para posicionarnos ante los acontecimientos del mundo (terremotos, tsunamis, tormentas solares, derrames de petróleo, pandemias, crisis económicas, guerras y atentados provocados por gobiernos en la oscuridad,...):

"A todo lo que habla de terror, responde de esta manera:

Perdonaré, y esto desaparecerá.

Repite estas mismas palabras ante toda aprensión, preocupación o sufrimiento. Y entonces estarás en posesión de la llave que abre las puertas del Cielo y que hace que el Amor de Dios el Padre llegue por fin hasta la tierra para elevarla hasta el Cielo".

Esa es la visión Crística, la visión del amor y del corazón. El perdón nos saca del conflicto con nosotros mismos y con el mundo, nos saca del ego y nos restaura nuestro poder de cocreadores del mundo desde la conciencia del corazón que es la entrega a nuestro verdadero poder crístico desde el "ahora", desde el momento presente que está más allá de las proyecciones en el tiempo de la mente.

sábado, 5 de marzo de 2011

Cambiar la mente a través del cuerpo?

Esta es una entrevista que La Vanguardia Digital le realizó al Dr. Mario Alonso Puig quien es Médico Especialista en Cirugía General y del Aparato Digestivo, Fellow de la Harvard University Medical School y miembro de la New York Academy of Sciences y de la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia.

Hasta ahora lo decían los iluminados, los meditadores y los sabios; ahora también lo dice la ciencia: son nuestros pensamientos los que en gran medida han creado y crean continuamente nuestro mundo. "Hoy sabemos que la confianza en uno mismo, el entusiasmo y la ilusión tienen la capacidad de favorecer las funciones superiores del cerebro. La zona pre frontal del cerebro, el lugar donde tiene lugar el pensamiento más avanzado, donde se inventa nuestro futuro, donde valoramos alternativas y estrategias para solucionar los problemas y tomar decisiones, está tremendamente influida por el sistema límbico, que es nuestro cerebro emocional. Por eso, lo que el corazón quiere sentir, la mente se lo acaba mostrando". Hay que entrenar esa mente.

Tengo 48 años. Nací y vivo en Madrid. Estoy casado y tengo tres niños. Soy cirujano general y del aparato digestivo en el Hospital de Madrid. Hay que ejercitar y desarrollar la flexibilidad y la tolerancia. Se puede ser muy firme con las conductas y amable con las personas. Soy católico. Acabo de publicar Madera líder (Empresa Activa)

Más de 25 años ejerciendo de cirujano. ¿Conclusión?

Puedo atestiguar que una persona ilusionada, comprometida y que confía en sí misma puede ir mucho más allá de lo que cabría esperar por su trayectoria.

¿Psiconeuroinmunobiología? -Sí, es la ciencia que estudia la conexión que existe entre el pensamiento, la palabra, la mentalidad y la fisiología del ser humano. Una conexión que desafía el paradigma tradicional. El pensamiento y la palabra son una forma de energía vital que tiene la capacidad (y ha sido demostrado de forma sostenible) de interactuar con el organismo y producir cambios físicos muy profundos.

- ¿De qué se trata?

-Se ha demostrado en diversos estudios que un minuto entreteniendo un pensamiento negativo deja el sistema inmunitario en una situación delicada durante seis horas. El distrés, esa sensación de agobio permanente, produce cambios muy sorprendentes en el funcionamiento del cerebro y en la constelación hormonal.

- ¿Qué tipo de cambios?

-Tiene la capacidad de lesionar neuronas de la memoria y del aprendizaje localizadas en el hipocampo. Y afecta a nuestra capacidad intelectual porque deja sin riego sanguíneo aquellas zonas del cerebro más necesarias para tomar decisiones adecuadas.

¿Tenemos recursos para combatir al enemigo interior, o eso es cosa de sabios?

-Un valioso recurso contra la preocupación es llevar la atención a la respiración abdominal, que tiene por sí sola la capacidad de producir cambios en el cerebro. Favorece la secreción de hormonas como la serotonina y la endorfina y mejora la sintonía de ritmos cerebrales entre los dos hemisferios.

- ¿Cambiar la mente a través del cuerpo?

-Sí. Hay que sacar el foco de atención de esos pensamientos que nos están alterando, provocando desánimo, ira o preocupación, y que hacen que nuestras decisiones partan desde un punto de vista inadecuado. Es más inteligente, no más razonable, llevar el foco de atención a la respiración, que tiene la capacidad de serenar nuestro estado mental.

- ¿Dice que no hay que ser razonable?

-Siempre encontraremos razones para justificar nuestro mal humor, estrés o tristeza, y esa es una línea determinada de pensamiento. Pero cuando nos basamos en cómo queremos vivir, por ejemplo sin tristeza, aparece otra línea. Son más importantes el qué y el porqué que el cómo. Lo que el corazón quiere sentir, la mente se lo acaba mostrando.

- Exagera. -Cuando nuestro cerebro da un significado a algo, nosotros lo vivimos como la absoluta realidad, sin ser conscientes de que sólo es una interpretación de la realidad.

- Más recursos... -La palabra es una forma de energía vital. Se ha podido fotografiar con tomografía de emisión de positrones cómo las personas que decidieron hablarse a sí mismas de una manera más positiva, específicamente personas con trastornos psiquiátricos, consiguieron remodelar físicamente su estructura cerebral, precisamente los circuitos que les generaban estas enfermedades.

¿Podemos cambiar nuestro cerebro con buenas palabras?

-Santiago Ramón y Cajal, premio Nobel de Medicina en 1906, dijo una frase tremendamente potente que en su momento pensamos que era metafórica. Ahora sabemos que es literal: "Todo ser humano, si se lo propone, puede ser escultor de su propio cerebro".

-¿Seguro que no exagera?

-No. Según cómo nos hablamos a nosotros mismos moldeamos nuestras emociones, que cambian nuestras percepciones. La transformación del observador (nosotros) altera el proceso observado. No vemos el mundo que es, vemos el mundo que somos.

- ¿Hablamos de filosofía o de ciencia?

Las palabras por sí solas activan los núcleos amigdalinos. Pueden activar, por ejemplo, los núcleos del miedo que transforman las hormonas y los procesos mentales. Científicos de Harward han demostrado que cuando la persona consigue reducir esa cacofonía interior y entrar en el silencio, las migrañas y el dolor coronario pueden reducirse

un 80%.

- ¿Cuál es el efecto de las palabras no dichas?

-Solemos confundir nuestros puntos de vista con la verdad, y eso se transmite: la percepción va más allá de la razón. Según estudios de Albert Merhabian, de la Universidad de California (UCLA), el 93% del impacto de una comunicación va por debajo de la conciencia.

- ¿Por qué nos cuesta tanto cambiar?

-El miedo nos impide salir de la zona de confort, tendemos a la seguridad de lo conocido, y esa actitud nos impide realizarnos. Para crecer hay que salir de esa zona.

- La mayor parte de los actos de nuestra vida se rigen por el inconsciente.

Reaccionamos según unos automatismos que hemos ido incorporando. Pensamos que la espontaneidad es un valor; pero para que haya espontaneidad primero ha de haber preparación, sino sólo hay automatismos. Cada vez estoy más convencido del poder que tiene el entrenamiento de la mente.

- Deme alguna pista.

Cambie hábitos de pensamiento y entrene su integridad honrando su propia palabra. Cuando decimos "voy a hacer esto" y no lo hacemos alteramos físicamente nuestro cerebro. El mayor potencial es la conciencia.

- Ver lo que hay y aceptarlo. -Si nos aceptamos por lo que somos y por lo que no somos, podemos cambiar. Lo que se resiste persiste. La aceptación es el núcleo de la transformación.